
Se me propuso ser árbitro en los partidos de fútbol de primaria, lo cual nunca había hecho por tanto sería un gran reto que me hacía salir de mi zona de confort al nunca haberlo probado ni creer tener las aptitudes para serlo, pero sabía que el aprendizaje sería grande. Al principio tuve dificultades ya que los niños eran muy entusiastas y todos querían jugar, pero solo podían estar en el campo 8 por equipo por lo cual fue difícil controlarlos pero descubrí técnicas para que se organicen, amenazarlos con un aspecto sensible. Puede sonar feo, pero simplemente les dije que si no elegían 8 y no se organizaban, nadie iba a jugar y era cierto porque si no, no podía empezar el partido, y así reaccionaron y pudimos jugar tranquilamente los dos partidos. El problema fue el tercero donde mi estrategia no funcionó y los capitanes decidieron que jugaran todos... fue una avalancha de niños donde no mostré capacidad para poder controlarlos. Entonces superé el reto a medias, pero ya me quedó como experiencia para no cometer los mismos errores nuevamente.

En el Michi, justo los que participaban de mi equipo eran amigos cercanos por lo que nuestro trabajo en equipo fue excepcional y pudimos llegar a la final y aunque perdimos(considero que fue injusto), pude soltarme y hacer actividad física, aunque no fue tan significante porque el juego no demandaba tanto esfuerzo físico como en el fútbol o el básquet. Igualmente, creo que el hecho de que haya pasado esta experiencia satisfactoriamente es un gran logro porque no sabía cómo se jugaba, por tanto al inicio significó un reto que todos supimos afrontar para ganar.
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