domingo, 26 de noviembre de 2017

CANTAGALLO, ALEGRÍA, SOLIDARIDAD - CAS

Esas tres palabras resumen lo que vivimos ese día de servicio con unos chicos que han sufrido mucho estos últimos años, no solo por su condición  de relativa pobreza, sino por el trato que han tenido por parte de la Municipalidad de Lima quienes después del incendio que hubo en su comunidad no se dignaron a ayudarlos y más bien vendieron su terreno, increíble. Ante todo este sufrimiento, como estudiantes en busca de asemejarse al perfil IB, teníamos que actuar para darles un momento de felicidad que no olvidaran nunca, y de acuerdo a mi apreciación, logramos el objetivo.

Claro está, este compromiso con temas de importancia global no fue algo espontáneo, llevó desde el inicio de bimestre una planificación colaborativa. 4 actividades planificamos, a mi me tocó la Clase Interactiva de Seguridad Vial. El proceso de planificación fue largo, y sobre todo creo que pudimos haberlo hecho muchísimo mejor. Éramos siempre 3 fijos, Nicolás, Juan Pablo y yo en cuanto al guión de la clase lo cual salió bien aunque teníamos como siempre que arreglar unos cuantos errores que mejoramos al instante. Sin embargo, uno de ellos estaba anotado para otra actividad y éramos nosotros dos restantes junto con otros 4 los que teníamos que llevar a cabo la clase. Uno de ellos, Adrián, si se acercó en busca de mejorar los errores y contamos con todo su apoyo desde entonces; sin embargo, con la otra mitad nunca hubo trabajo en equipo. No se acercaron, y tampoco es que mostraran mucho interés para llevar a cabo esta experiencia por lo que a pesar de que nosotros tres ya teníamos experiencia en clases interactivas sobre seguridad vial (pero con chicos de primero de primaria) no salió como esperábamos. Llegó el día y los otros 3 se acercaron como preguntando qué hacer y bueno, les dijimos para que se vistieran de cebras y dos de ellos no quisieron incluso llegando a tal extremo de improvisación que ese mismísimo día ellos dos se adhirieron a otro comité y Juan Pablo tuvo que venir para apoyarnos, un error nuestro al no moverlos lo suficiente para que esto no sucediera. Ante esta situación, bien pudimos rendirnos, pero afrontamos el desafío y con Alex que si aceptó ser cebra lo llevamos a cabo. Como mencioné, tuvimos previa experiencia pero con niños menores, entonces el ambiente era muy diferente y eso fue un punto en el que fallamos. Planteamos muy infantil la clase para chicos casi entrando a secundaria lo cual hizo que se nos fuera de control el orden y termináramos amargados por la actitud de los chicos y porque no salió como esperábamos.

Si vi felicidad/alegría en los chicos, pero no sentí que haya sido por mi por lo que siento una deuda ahora mismo de reivindicarme pero bueno, hicimos lo que pudimos en el contexto y en términos generales se cumplió el objetivo. La clase fue creativa y dinámica aunque un poco más ajustada a la edad de los chicos y salía mucho mejor, experiencia definitivamente de aprendizaje porque los errores no se cometen dos veces y en eso consiste mejorar los puntos débiles identificados en cada uno, superarlos para que nunca vuelvan y claro está, para ello se necesita perseverancia con las experiencia CAS, por eso no pararemos nunca.

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